La Administración Municipal de Bayamón reconoce la gesta artística de Jesús Sánchez Erazo por ser la figura más icónica de la música jíbara. El famoso poeta del pie forzado con su narrativa decimal cantó al mundo los sentimientos más nobles y puros del campesino. De aquel hombre de tierra adentro, nos dejó un pedazo de la historia. Con entonación perfecta inmortalizó en sus coplas penas y alegrías.
Nacido en agosto de 1900, Chuito el de Bayamón, vivió toda su vida en nuestra ciudad. Fue trovador pionero en radio, cine y televisión, cantó décimas con fines publicitarios, noticiosos y pedagógicos. Su producción discográfica supera los 40 discos de larga duración, ganando un disco de oro en 1967 y habiéndose presentado en Puerto Rico, Cuba, España y Estados Unidos.
A 123 años de su nacimiento celebramos la vida y obra de este destacado interprete. La Ciudad de Bayamón convoca a una gran fiesta de pueblo que denominamos Primer Festival de Chuíto el de Bayamón durante los días 17 y 18 de febrero de 2024 en nuestro Distrito Cultural. Este acontecimiento quedará instituido como uno recurrente, musical y emblemático de este insigne poeta de la trova puertorriqueña.
Acompáñanos a festejar la música autóctona puertorriqueña desde las más diversas manifestaciones del arte y la cultura que se inspiran en el legado del gran Chuito; hijo de nuestra ciudad, digna representación del jíbaro puertorriqueño y orgullo de nuestra gran Ciudad de Bayamón.
Petronila Maysonet Gago, Petra, fue la esposa de Jesús Sánchez Erazo mucho antes de 1927. Vivieron en la calle Comerío, donde nacieron y criaron a sus seis hijos: Juan Antonio, Richard, Lidia Ester, Chuitín, Iris Nelis y Juan Bautista.
Petra ocupa en la vida de nuestro insigne trovador un lugar significativo. Además de ser su compañera y madre de sus hijos, fue la responsable de la imagen artística de Chuito. Ella le diseñaba las coreografías y hasta las singulares gesticulaciones que caracterizaron las presentaciones del Decano de los Cantores.
Los Sánchez-Maysonet, como toda familia, también tuvieron etapas difíciles que afrontar. Una de ellas, cuando a Chuito, por sus creencias y militancia en el partido republicano, lo dejaron de emplear en la radio.
Petra, mujer de convicción religiosa inquebrantable, comenzó a hacer trabajos de costura, para sostener la economía de su hogar, pero no era suficiente. En lo más álgido de la precariedad monetaria que vivían, y echando mano del abundante coco, comenzó a confeccionar dulces, específicamente, mampostéales o marrallos. Su producción artesanal, desde el patio de casa, prosperó.
El empuje y emprendimiento de Petra con sus dulces típicos, aportó al sostenimiento familiar al punto que hasta un vehículo pudieron adquirir. Chuito, entonces, pudo dedicarse a escribir, a componer trovas y a prepararse para la nueva etapa que le esperaba.
Petra es digno ejemplo de la mujer puertorriqueña que, con Dios en el corazón, lucha para sacar a su familia adelante.
Hoy frente a los retos económicos, la composición demográfica de nuestra sociedad ubica a la mujer en el centro de la ecuación. Ella es clave para el éxito y puerta que se abre ante los desafíos de nuestro tiempo.
El Mercado de Petra, que hoy incorporamos en los eventos culturales de nuestra Ciudad, valida y apoya a todas aquellas mujeres que creativamente no desfallecen en perseguir el progreso de su familia.
Hoy, al igual que celebramos a Chuito, celebramos también a Petra y a todas las petras silentes que en Puerto Rico abundan.